More FIX on the NET @ FIX University Cultural Campus
De la seguridad de los intereses imperiales a la inseguridad de
todos
Por: KEYMER ÁVILA
Con el advenimiento del Estado de Derecho la forma de castigo sufrió
modificaciones. Foucault señala que en este período se pasa de una civilización
del espectáculo a una sociedad disciplinaria. En la primera los castigos eran
exhibidos en el espacio público como un show, el cuerpo era totalmente
destrozado, de esta manera se constataba el poder del soberano, es decir, del
rey; por otra parte, el proceso para llegar a la ejecución era secreto, éste no
era importante, lo protagónico era el castigo. En la sociedad disciplinaria, la
lógica era distinta, se oculta la ejecución tras los muros de las instituciones
estatales y se exhibe el proceso, “plagado” de garantías. Éstas, entre muchas
otras, son algunas de las diferencias entre las formas castigo del antiguo
régimen y las del Estado de Derecho. Las ejecuciones de Gadafi, Bin Laden o
Hussein son totalmente premodernas, solo con el último hicieron una pantomima
procesal, pero los otros dos ni eso tuvieron, no hubo siquiera proceso que
ocultar, fueron ejecuciones directas, la aplicación más pura de todo el poder
bélico del imperio, acompañada de una parafernalia propagandística que las
convirtió en espectáculo, en un claro mensaje terrorista por parte de los EEUU a
todo lo que ose representar alguna forma adversa -ya sea significativa o
meramente simbólica- que vaya en contra de sus intereses. Esto escapa del
limitado y necesario mundo del derecho, es el poder sin contención alguna,
parece el anuncio de un cambio de era, de una vuelta a la Edad Media. Es de
advertir que con esto no se tiene la menor intención de meter a estos personajes
en el mismo saco, ya que son sumamente distintos entre sí, con trayectorias
políticas e históricas diversas, que sólo comparten realmente el hecho de
pertenecer al Islam y haber servido de continentes demoníacos, de chivos
expiatorios, de phármakos del imperio estadounidense. Phármakos , según Galeano,
era el nombre que daban los griegos a las víctimas humanas de los sacrificios
ofrendados a los dioses en tiempos de crisis.